Tu viaje a la universidad: Ayuda financiera para estudiantes de familias con bajos ingresos

¿Y si pudieras alcanzar tus sueños universitarios a pesar de tus finanzas?


Si estás pensando en ir a la universidad, es fácil sentirse desanimado por su elevado coste. La universidad no es para todo el mundo; no es la garantía de un trabajo bien pagado que solía ser, y la deuda que conlleva puede ser agobiante. Hay muchos otros caminos hacia un futuro próspero, como los oficios cualificados y el servicio militar, y quizá quieras considerar todas tus opciones antes de comprometerte a pagar un alto precio por una universidad y, lo que es más importante, por ti mismo.


Sin embargo, si descubres que la universidad es adecuada para ti, conseguir la ayuda financiera adecuada para estudiantes puede hacer que esos sueños universitarios sean mucho más alcanzables.


¿Te preguntas cómo puedes conseguir la ayuda económica que necesitas? ¡Sigue leyendo para aprender todo lo que necesitas saber para empezar!



Préstamos estudiantiles: Lo que debes saber sobre la FAFSA


Hay muchos tipos diferentes de ayudas económicas disponibles para los estudiantes universitarios, pero casi todos los caminos hacia la ayuda económica para los estudiantes comienzan con la cumplimentación de la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA).


Puedes empezar por abrir la solicitud online y crear una cuenta. Asegúrate de rellenar toda la información con precisión, ya que esto determinará qué tipos de ayuda te ofrecen y cuánto te ofrecen. Es posible que quieras echar un vistazo a la solicitud antes de empezar, de modo que puedas recopilar la información necesaria antes de empezar el trabajo de rellenar el extenso formulario en sí.


Además de hacerte preguntas detalladas sobre tu situación económica, la FAFSA también te permite describir cualquier circunstancia especial que pueda afectar a tu situación económica. Esto es especialmente útil si no puedes facilitar ninguna información económica sobre tus padres.


Circunstancias especiales


Hay una pregunta que te preguntará si te quedaste sin vivienda el 1 de julio de 2018 o después, o si eras autosuficiente y/o estabas en peligro de quedarte sin vivienda.


Si respondes «sí», tendrás que contestar a algunas preguntas adicionales, y un representante de FAFSA puede llegar a pedirte documentación que demuestre tus afirmaciones. Una vez comprobadas tus afirmaciones, es posible que tengas la oportunidad de describir tus circunstancias especiales a la universidad a la que deseas asistir.


Para ello, te pondrás en contacto con el departamento de ayuda económica de esa universidad y les describirás tu situación de la forma más completa posible, además de proporcionarles cualquier detalle o documentación que necesiten. Esto permitirá a la universidad discutir opciones de ayuda específicas para tus circunstancias de las que quizá no seas consciente.


Además, si no puedes facilitar información financiera adicional sobre tus padres, es posible que la universidad pueda concederte la condición de independiente en lugar de la de dependiente. Esto abrirá opciones adicionales de ayuda económica.


Préstamos: ¿Valen la pena?


Con un poco de suerte, se te ofrecerán diversas opciones de ayuda económica tras cumplimentar la FAFSA. Suelen ser subvenciones, becas y préstamos.


Muchos estudiantes no saben que está garantizado que te ofrezcan préstamos después de rellenar la FAFSA. Aunque algunas ofertas de préstamos son más raras que otras (como los Préstamos Perkins), a todo el mundo se le ofrecerán Préstamos Stafford. Tu información financiera determina qué cantidad de este Préstamo Stafford será subvencionada y qué cantidad será no subvencionada.


Se trata de una distinción importante porque los préstamos subvencionados no devengan intereses mientras asistas a la universidad (y curses al menos seis horas de crédito). Mientras tanto, los préstamos no subvencionados devengarán intereses.


Antes de aceptar ningún préstamo, investiga los detalles. Asegúrate de leer y comprender toda la documentación antes de firmar nada. La deuda universitaria no es ninguna broma, y es una obligación que merece una seria consideración si quieres evitar arrastrar un peñasco de dos toneladas hacia tu futuro.


Aunque no tendrás que hacer pagos de estos préstamos mientras estés en la universidad, tendrás que empezar a hacerlos seis meses después de graduarte o dejar de asistir a la escuela. Para millones de personas, ese día llega mucho antes de lo que piensan.


Es posible aplazar estos pagos en función de tus circunstancias laborales posteriores a la graduación, y puedes reducir tus pagos mensuales seleccionando un plan de Amortización Basada en los Ingresos. No obstante, la única forma de salir de la deuda es pagarla. La deuda de préstamos estudiantiles no puede ser condonada en quiebra ni por otros medios.


Por eso, es inteligente reducir los costes siempre que sea posible. Intenta conseguir la ayuda económica que necesites en forma de subvenciones y becas siempre que puedas. Además, muchos estudiantes optan por comenzar una carrera de cuatro años en un colegio comunitario local, donde se pueden adquirir créditos básicos de forma asequible y transferirlos posteriormente a una institución de cuatro años.


El secreto para evitar las tasas de solicitud


Una cosa que hay que tener en cuenta sobre el proceso de solicitud de admisión a la universidad es que puede conllevar muchas tasas. Esto incluye las tasas para realizar exámenes estandarizados como el SAT y el ACT, así como las tasas de solicitud de las universidades a las que solicites plaza.


La buena noticia es que tus circunstancias económicas pueden permitirte renunciar a algunas o incluso a todas estas tasas de solicitud universitaria. Sin embargo, para obtener las correspondientes exenciones, debes cumplir uno o varios de una determinada lista de requisitos.


La lista es la siguiente:


  • Eres huérfano o estás bajo tutela del Estado
  • Estás inscrito o tienes derecho a participar en el Programa Nacional de Comidas
  • No tienes hogar, estás en acogida o vives en una vivienda subvencionada
  • Tú o tu familia recibís ayuda pública
  • Los ingresos anuales de tu familia cumplen las Directrices de Admisibilidad de Ingresos del gobierno
  • Tú o tu familia recibís actualmente una ayuda de un programa gubernamental destinado a personas con bajos ingresos

Si cumples uno o varios de estos criterios, tendrás que ponerte en contacto con la oficina de ayuda económica o con los asesores de tu universidad para proceder. Tendrás que rellenar la documentación requerida y presentarla a la universidad para su aprobación.


Busca becas


Antes hemos mencionado la necesidad de buscar becas en lugar de préstamos siempre que sea posible. Pero, ¿cómo se buscan las becas?


Merece la pena que te pongas en contacto con el consejero de tu instituto o del TRIO y preguntes por las becas. Y, sin duda, deberías consultar con las oficinas de ayuda económica de las universidades a las que tengas intención de presentarte.


No dudes en consultar la herramienta gratuita de búsqueda de becas del Departamento de Trabajo, y no olvides investigar también las oportunidades en tu estado.


Por último, no tengas miedo de consultar a varias organizaciones locales. Algunos empresarios y empresas locales pueden ofrecer becas especiales. Y no te olvides de investigar lo que ofrecen las distintas organizaciones comunitarias, religiosas, cívicas y profesionales.


Una cosa que hay que recordar sobre las becas es que no todas se basan totalmente en el mérito. Algunas se basan totalmente en tu situación económica, lo que abre muchas opciones diferentes de becas para los estudiantes con bajos ingresos.


Consideraciones sobre el cuidado de los niños


Si tienes hijos, puedes pensar que esto hace imposible tu educación universitaria. Al fin y al cabo, la mayoría de las universidades y los profesores no permiten que los padres lleven niños a clase.


Sin embargo, puede que tengas acceso a más opciones de cuidado de niños de las que imaginabas. Si te pones en contacto con el Departamento de Servicios Humanos, puedes encontrar información sobre las subvenciones para guarderías que puedes utilizar. Y si aún no los estás utilizando, este departamento puede informarte sobre cómo acceder a cupones de alimentos, despensas locales y programas como Families First y Temporary Assistance for Needy Families, que pueden aliviar tus cargas económicas.


Seguirá siendo difícil hacer malabarismos para criar a los hijos y pagarte los estudios, pero el resultado final puede merecer la pena.


Llegar a las iglesias locales


Anteriormente, hemos hablado del contacto con las organizaciones religiosas locales. Sin embargo, algunos estudiantes pueden tener dudas a la hora de ponerse en contacto con ellas si no pertenecen a esa organización, no son religiosos o pertenecen a comunidades marginadas u oprimidas de otro modo por una o varias instituciones religiosas.


Algunas iglesias y organizaciones religiosas pueden, en efecto, reservar las becas a sus miembros o tener políticas, opiniones o valores hirientes y excluyentes. Para muchas instituciones, sin embargo, estas becas son una forma de servir a toda la comunidad en lugar de servir sólo a su congregación.


Cuando pienses en ponerte en contacto con estas iglesias y organizaciones religiosas, elige aquellas que se alineen con tus valores en la medida de lo posible, y recuerda que en realidad no es diferente de ponerse en contacto con otras empresas locales y organizaciones comunitarias. Aunque no obtendrás buenas noticias de todos y cada uno de los contactos que establezcas, puede que tu esfuerzo y tu valentía se vean recompensados.


Algunas organizaciones religiosas, como el Ejército de Salvación, pueden incluso ayudarte a conseguir un coche donado.


Los ojos en el premio


Nuestros consejos te ayudarán a conseguir la ayuda económica para estudiantes que te mereces. Pero nuestro último consejo puede ser el más importante: ¡mantén los ojos en el premio!


Es inevitable que te sientas desanimado mientras intentas encontrar la ayuda económica que necesitas. No podrás encontrar todos los recursos que buscas, y la gran cantidad de investigación que tendrás que hacer puede hacer que las cosas resulten bastante intimidantes.


Por eso es importante mantener la vista en el premio. Por muy molestas y desalentadoras que puedan ser las cosas, puede merecer la pena el tiempo y el esfuerzo que dediques a conseguir una educación universitaria.


Algunas investigaciones recientes descubrieron que, en 2018, las personas con títulos universitarios obtuvieron unos ingresos medios de 24.900 $ más que las que sólo tenían un diploma de secundaria. La cantidad de ingresos extra que puedes obtener con un título universitario puede cambiarte la vida, pero no hasta que llegues al final de la universidad, y no a menos que seas inteligente con la deuda de los préstamos estudiantiles.


Ayuda financiera para estudiantes: Reflexiones finales


Ahora ya sabes más sobre cómo conseguir ayuda económica para estudiantes aunque tengas pocos ingresos. Pero, ¿y si pudieras ahorrar dinero como estudiante todos los meses?


El Programa Lifeline ayuda a las personas con bajos ingresos a recibir dispositivos y servicios de comunicación gratuitos o con grandes descuentos. Al solicitar el programa, puedes disponer potencialmente de más dinero cada mes para gastar en gastos relacionados con la escuela.


En última instancia, cada dólar que ahorras ayuda a que tus sueños universitarios estén más cerca de hacerse realidad.


Buena suerte.