¿Puedo comprar vitaminas con mi tarjeta SNAP? Lo que debes saber sobre los suplementos y el SNAP

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El Programa de Asistencia Nutricional Complementaria (SNAP), antes conocido como cupones de alimentos, es un recurso fundamental para millones de estadounidenses con bajos ingresos. Ayuda a garantizar que los hogares puedan permitirse los alimentos que necesitan para mantener una dieta sana. Sin embargo, muchas personas se preguntan si los beneficios del SNAP pueden utilizarse para comprar vitaminas y suplementos que son una parte esencial para mantener la salud y el bienestar. Este blog analizará las normas que rigen el uso del SNAP para comprar vitaminas, aclarará lo que puedes y no puedes comprar con tu tarjeta EBT, y discutirá posibles alternativas para comprar suplementos.


Entender el SNAP y las compras subvencionables


El SNAP está diseñado para proporcionar apoyo nutricional, permitiendo a los hogares comprar una variedad de alimentos. El programa funciona según unas directrices específicas establecidas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Estas directrices determinan qué productos pueden comprarse con una tarjeta de Transferencia Electrónica de Beneficios (EBT). El principio básico del SNAP es que cubre los alimentos destinados a ser consumidos en casa.


Los alimentos elegibles son


  • Frutas y verduras
  • Carne, aves y pescado
  • Productos lácteos
  • Panes y cereales
  • Aperitivos y bebidas no alcohólicas
  • Semillas y plantas que producen alimentos

Además, el SNAP puede utilizarse para comprar alimentos no preparados en tiendas de comestibles, supermercados y mercados agrícolas. Sin embargo, algunos artículos no son subvencionables, como el alcohol, el tabaco, la comida caliente de los restaurantes y los artículos no alimentarios. La cuestión de si las vitaminas y los suplementos dietéticos entran dentro de las compras subvencionables es donde suele surgir la confusión.


¿Se pueden comprar vitaminas y suplementos con el SNAP?


Desgraciadamente, la respuesta corta es no, no puedes utilizar las prestaciones del SNAP para comprar vitaminas o suplementos dietéticos. El SNAP prohíbe estrictamente el uso de las prestaciones para estos artículos. El USDA define los alimentos subvencionables por el SNAP como artículos que contribuyen a la nutrición del hogar, lo que significa que sólo están cubiertos los alimentos destinados al consumo en el hogar.


¿Cómo define el USDA los suplementos?


El USDA distingue entre productos alimenticios y suplementos dietéticos por la presencia de una etiqueta de «Información sobre suplementos». Según las directrices:


  • Los productos que tienen una etiqueta de «Información nutricional » se consideran alimentos, que pueden comprarse utilizando los beneficios del SNAP.
  • Los productos que tienen una etiqueta de «Información sobre suplementos » se consideran suplementos dietéticos y, por tanto, no pueden comprarse con el SNAP.

La etiqueta «Información sobre suplementos» suele aparecer en productos como vitaminas, minerales y otros complementos dietéticos. Como estos productos no se consideran alimentos, no se pueden comprar con las prestaciones del SNAP.


Ejemplos habituales de productos no subvencionables:


  • Multivitaminas
  • Suplementos a base de plantas
  • Proteínas en polvo comercializadas como suplementos
  • Pastillas de aceite de pescado y Omega-3
  • Probióticos

¿Qué pasa con los productos sustitutivos de las comidas?


Los productos sustitutivos de comidas, como los batidos de proteínas, pueden crear confusión adicional. Si el producto está clasificado como alimento y lleva una etiqueta de «Información nutricional», puede comprarse con los beneficios del SNAP. Algunos batidos de proteínas, barritas y otros suplementos pueden entrar en esta categoría. Por ejemplo, las barritas de proteínas con una etiqueta de «Información nutricional» se consideran alimentos, mientras que las comercializadas como suplementos con una etiqueta de «Información sobre suplementos» no pueden comprarse.


La importancia de las vitaminas y los suplementos en una dieta sana


Aunque las vitaminas y los suplementos no pueden comprarse con los beneficios del SNAP, desempeñan un papel crucial en la salud de muchas personas, sobre todo para las que pueden tener carencias nutricionales. Vitaminas como la vitamina D, la vitamina B12, el hierro y el calcio son importantes para mantener una buena salud. En los hogares donde la dieta puede carecer de diversidad o consistir sobre todo en alimentos baratos y procesados, obtener suficientes vitaminas y minerales sólo de los alimentos puede ser un reto.


Desgraciadamente, la restricción de comprar vitaminas con el SNAP crea una barrera para las personas con bajos ingresos, que pueden tener una mayor necesidad de suplementos debido al acceso limitado a alimentos frescos y variados. Aunque el SNAP proporciona acceso a alimentos esenciales, su incapacidad para cubrir los suplementos significa que muchos deben encontrar formas alternativas de satisfacer sus necesidades nutricionales.


Cómo conseguir vitaminas y suplementos con poco presupuesto


Para los beneficiarios del SNAP que quieran dar prioridad a las vitaminas y suplementos en su dieta, aún hay algunas opciones disponibles. Aunque no puedes utilizar tus prestaciones del SNAP para estos artículos, hay otras formas de obtenerlos a menor coste o incluso gratis. He aquí algunas estrategias:


1. Utilizar otros programas de ayuda del gobierno


Además del SNAP, algunos programas gubernamentales pueden ayudar a cubrir el coste de los suplementos, dependiendo de tu elegibilidad. Por ejemplo, el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Lactantes y Niños (WIC) proporciona ayuda para las necesidades nutricionales, que puede incluir suplementos para mujeres embarazadas, madres lactantes y niños pequeños.


2. Programas comunitarios de salud


Muchos departamentos de salud locales y organizaciones sanitarias comunitarias ofrecen vitaminas gratuitas o de bajo coste a personas en situación de riesgo nutricional. Estos programas suelen centrarse en distribuir suplementos como vitaminas prenatales, vitamina D y ácido fólico. Ponte en contacto con tu departamento de salud local o centro de salud comunitario para ver si ofrecen ayuda.


3. Bancos de alimentos y organizaciones benéficas


Algunos bancos de alimentos u organizaciones benéficas también distribuyen vitaminas y suplementos a quienes los necesitan. Aunque no es una práctica habitual, merece la pena informarse en tu banco de alimentos u organización benéfica local para ver si tienen algún programa en marcha. Ocasionalmente, los bancos de alimentos se asocian con profesionales sanitarios o empresas de suplementos para ofrecer vitaminas gratuitas.


4. Ofertas y descuentos online


Los minoristas online como Amazon, Walgreens y otras farmacias ofrecen con frecuencia descuentos o promociones en vitaminas y suplementos. Combinando cupones, ofertas y programas de recompensas, puedes reducir significativamente el coste de los suplementos. También es buena idea suscribirse a las alertas por correo electrónico de estos minoristas para estar al día de las próximas rebajas.


5. Compra a granel


Comprar vitaminas a granel a mayoristas como Costco o Sam’s Club puede ahorrarte dinero a largo plazo. Aunque esto requiere una inversión inicial, a menudo reduce el coste por ración. Estate atento a las rebajas o a las ofertas al por mayor.


6. Marcas genéricas

Optar por vitaminas genéricas o de marca de la tienda en lugar de suplementos de marca también puede ayudar a reducir costes. Estos productos suelen contener los mismos ingredientes activos que sus homólogos más caros, pero a una fracción del precio.


7. Pide muestras


Algunas consultas médicas y clínicas pueden ofrecer muestras gratuitas de vitaminas y suplementos. Pregunta a tu profesional sanitario si tiene alguna disponible, sobre todo si es la primera vez que te planteas tomar un suplemento concreto.


Cómo maximizar la ingesta nutricional con SNAP


Aunque las vitaminas y los suplementos son importantes, también es crucial centrarse en obtener tantos nutrientes esenciales como sea posible de los propios alimentos. Si dependes de las prestaciones del SNAP, hay formas de estirar tu presupuesto alimentario al tiempo que maximizas el valor nutritivo de tus compras.


Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a obtener la mayor cantidad de vitaminas y minerales de los alimentos que compres con SNAP:


1. Dar prioridad a los alimentos integrales


Las frutas, las verduras, los cereales integrales y las proteínas magras deben constituir la base de tu dieta, ya que estos alimentos están repletos de vitaminas y minerales esenciales. Por ejemplo:


  • Las verduras de hoja verde oscura (como las espinacas y la col rizada) son ricas en hierro, calcio y vitaminas A y C.
  • Las naranjas y las bayas son fuentes excelentes de vitamina C.
  • Los cereales integrales como la quinoa y el arroz integral aportan fibra, vitaminas del grupo B y magnesio.

2. Compra productos congelados o enlatados


Si las frutas y verduras frescas son demasiado caras o no están disponibles, considera la posibilidad de comprar versiones congeladas o enlatadas. Estos productos conservan gran parte de su valor nutritivo y suelen ser más asequibles. Sólo asegúrate de elegir opciones enlatadas sin sal ni azúcar añadidos.


3. Compra en mercados agrícolas


Muchos mercados agrícolas aceptan los beneficios del SNAP, y algunos ofrecen incentivos adicionales a través de programas como Double Up Food Bucks, que proporciona dinero extra para gastar en frutas y verduras. Comprar en los mercados agrícolas puede darte acceso a productos frescos de temporada a un coste menor.


4. Cultiva tu propia comida


Los beneficios del SNAP pueden utilizarse para comprar semillas y plantas que produzcan alimentos. Cultivar tus propias verduras o hierbas en casa puede ser una forma rentable de complementar tu dieta con alimentos frescos y ricos en nutrientes. Incluso un pequeño huerto puede proporcionar un suministro constante de productos nutritivos.


5. Busca alimentos enriquecidos


Algunos alimentos, como los cereales, el pan y los productos lácteos, están enriquecidos con vitaminas y minerales esenciales. Por ejemplo, muchos cereales están enriquecidos con hierro, ácido fólico y vitaminas del grupo B. Los alimentos enriquecidos pueden ayudarte a satisfacer tus necesidades nutricionales sin necesidad de suplementos.


6. Utiliza cupones y rebajas


Aprovecha los cupones, las rebajas de las tiendas y los programas de fidelidad para estirar más tus prestaciones del SNAP. Muchas tiendas de comestibles ofrecen ofertas semanales de frutas, verduras y otros alimentos saludables, por lo que planificar tus compras en torno a estas rebajas puede ayudarte a ahorrar dinero.


7. Planificación y presupuesto de comidas


Planificar las comidas con antelación y ceñirte a un presupuesto puede ayudarte a aprovechar al máximo tus prestaciones del SNAP. Intenta planificar comidas que incorporen una variedad de alimentos ricos en nutrientes, y evita las compras impulsivas de artículos menos nutritivos.


Abogar por el cambio político: Ampliar el SNAP para que cubra los suplementos


La imposibilidad de comprar vitaminas y suplementos con el SNAP es una limitación importante para muchos hogares con bajos ingresos. A medida que más personas reconocen la importancia de estos productos para mantener la salud en general, crece la defensa de cambios políticos que amplíen el SNAP para incluir los suplementos.


Por qué el SNAP debe incluir suplementos


  • Lagunas nutricionales: Muchas personas con bajos ingresos se enfrentan a obstáculos para obtener una dieta bien equilibrada debido al acceso limitado a alimentos frescos y nutritivos. Los suplementos pueden ayudar a colmar estas lagunas, especialmente para quienes tienen necesidades dietéticas específicas.
  • Prevención sanitaria: La atención sanitaria preventiva suele ser más rentable que tratar los problemas de salud después de que surjan. Facilitar el acceso a los suplementos podría reducir los costes sanitarios al ayudar a las personas a mantener una mejor salud.
  • Poblaciones vulnerables: Ciertas poblaciones, como las personas mayores, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas, corren un mayor riesgo de sufrir deficiencias nutricionales. Permitir que el SNAP cubra los suplementos podría mejorar los resultados sanitarios de estos grupos vulnerables.

Conclusión


Aunque el SNAP desempeña un papel esencial a la hora de garantizar el acceso a alimentos nutritivos, sus limitaciones -como la imposibilidad de comprar vitaminas y suplementos- pueden dejar lagunas en el apoyo nutricional de muchos hogares con bajos ingresos. Las vitaminas y los suplementos son importantes para suplir las carencias de nutrientes, pero el hecho de que el SNAP se centre en la compra exclusiva de alimentos impide que estos artículos estén cubiertos. Afortunadamente, existen formas alternativas de acceder a estos suplementos críticos a través de programas gubernamentales, recursos comunitarios y estrategias que tienen en cuenta el presupuesto.


Maximizar la ingesta de nutrientes mediante alimentos integrales, productos enriquecidos y compras inteligentes con los beneficios del SNAP puede ayudar a mantener una dieta equilibrada. Al mismo tiempo, los esfuerzos de defensa en curso para ampliar la cobertura del SNAP de modo que incluya vitaminas y suplementos pueden acabar produciendo cambios, permitiendo un apoyo más completo a la salud y el bienestar de las personas con bajos ingresos. Hasta entonces, utilizar los consejos y recursos disponibles puede ayudarte a salvar la distancia entre la alimentación y la nutrición suplementaria, asegurándote de que obtienes los nutrientes necesarios para una vida más sana.